viernes, 13 de septiembre de 2013






¡Hola a todos los amigos de KBM!
 
Estamos calentando motores y dentro de muy poquito estaremos a vuestro servicio en el Aula. Nuestros niños/as están deseando empezar este nuevo curso y nuestras voluntarias/voluntarios no digamos.
Los de KBM tots teníamos deberes este verano. No es que hubiéramos sido malos alumnos/as ¡ni mucho menos! Pero el verano es un buen momento para seguir aprendiendo sin prisas… Eso, sin prisa pero sin pausa. Sinceramente, los deberes que nos pusieron no eran muy difíciles. Teníamos que leer El curioso incidente del perro a medianoche.
 
Supongo que muchos lo conoceréis porque es un libro que ha tenido bastante éxito. Por lo que hemos averiguado, el autor Mark Haddon, nacido en Northampton en 1962, se graduó en la universidad de Oxford en 1981 y después en literatura en la universidad de Edimburgo. Sus primeros empleos fueron con niños y adultos que tenían discapacidades mentales y físicas. Después trabajó como ilustrador y dibujante. Su primer libro fue Gilbert’s Gobstopper (1987) y a partir de ahí más y más libros y guiones para la tele con premios y nominaciones a los BAFTA. En 2003 publicó El curioso incidente del perro a medianoche y no mentimos si al menos no consiguió 11 o 12 premios con él.
Y la verdad es que el libro lo merece porque gracias al ‘incidente’ que describe el título, el autor consigue que entendamos cómo es el mundo de un niño autista (bueno, adolescente). El ‘incidente’ del título será el detonante de toda la acción. A pesar de que a veces la historia se detiene por razonamientos al margen del chaval, la lectura es amena y emocionante, con momentos de suspense porque vas descubriendo las cosas al mismo tiempo que el protagonista, que es el narrador. Sin embargo, no queremos dejar de valorar el éxito con el que el autor ha conseguido expresar la manera de razonar y de ver el mundo que tienen estas personas; es simplemente fantástico. Por ejemplo, el protagonista nos cuenta la historia mediante largas frases utilizando la conjunción y; con ello, pensamos  que el autor intenta reflejar el modo en que los enunciados o las informaciones son recogidas por su mente: todas ellas son igual de importantes y deben estar ordenadas, una cosa detrás de otra.
 
Es una manera distinta de ver el mundo que requiere de nosotros una especial sensibilidad a la hora de tratar con ellos porque no son tontos, al contrario, al menos en este caso. De hecho algunos no conseguimos comprender el problema de probabilidad que aparece en el libro.
 

Muy recomendable para adultos, por supuesto, pero también animaríamos a los más jóvenes, quizás a partir de 13 años, a que lo leyeran.